Calientes o frías. Estimulantes, como el té verde, o relajantes, como la tila. Algunas te ayudan con la digestión y otras te despiertan por la mañana. Siempre hay una infusión perfecta para cada momento del día. Disfruta del placer cotidiano de los tés e infusiones.
La lista de los beneficios que nos aportan las infusiones es tan amplia que no tendríamos espacio para enumerarlas todas, sobre todo si hablamos de los que nos proporcionan algunas plantas en concreto. Pero lejos de particularidades, hay algo que es intrínseco a las propias infusiones: lo mucho que relajan. Y esto no quiere decir que no existan algunas cuyo objetivo sea precisamente despertarnos, como en el caso del té. Lejos del efecto que tiene unos minutos después esa teína en nuestro cuerpo, el momento en el que tenemos la taza en nuestras manos y esperamos soplando a que se enfríe el agua para degustar el primer sorbo es lo más cercano a la meditación que podemos encontrar. Unos minutos en los que solo pensamos en la temperatura de la taza, el aroma que desprende esa infusión y el sabor de ese primer sorbo.
Una para cada momento
En general, las infusiones también son una estupenda forma de hidratarse. En ocasiones, cuesta beber la cantidad de agua recomendada y variar de sabor puede ayudar a completar la ingesta diaria. Por eso, siempre se destaca el poder diurético de las infusiones. Dentro de la gran variedad de infusiones, encontramos algunas con un poder diurético mucho más potente, como es el caso de la cola de caballo, o digestivos, como la manzanilla. Los tés verde, rojo o clásico son tremendamente ricos en antioxidantes y su porción de teína nos ayuda a despertar. Por el contrario, la tila o el reparado relax son ideales para relajarnos después de un día intenso y poder conciliar el sueño.
¿Sabías que…?
Se cree que el hombre lleva consumiendo infusiones desde hace más de 7.000 años. Los primeros indicios se encontraron en el Valle de Assam, entre China e India. Una zona que sigue siendo conocida por su producción de té. A Europa llegaron en el siglo XVII de la mano de los holandeses.
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