La actriz, cantante y presentadora de televisión Lolita Flores ha dado un nuevo giro a su carrera profesional al crear Lerele Producción. La hija mayor de Lola Flores y Antonio ‘El Pescaílla’ ha arrancado esta fase artística produciendo la obra Llévame hasta el cielo, con la que este verano ha colgado el cartel de ‘no hay entradas’.
Ahora, inmersa en la representación de La Fuerza del cariño —cuyas funciones se vieron interrumpidas por el confinamiento tras la expansión de la COVID-19—, Lolita hace un repaso para Gente de Hoy de su trayectoria y de su arte.
Amante del arroz y del huevo, en todas sus vertientes, nuestra protagonista asegura que el secreto para cuidarse está en comer de todo y en comer sano, y afirma que a la hora de elegir supermercado mira calidad porque ‘lo barato sale caro, y al revés’. Artista desde siempre, Lolita echa la ‘culpa’ de serlo a sus genes y sostiene alto y claro que no puede imaginar una vida sin amor, ni teatro ni cultura. Así lo cuenta.
¿Qué ha supuesto para ti la vuelta a los escenarios tras el confinamiento?
¡Ha sido algo maravilloso! Después de cuatro meses sin poder hacer nada, volver a subir a un escenario, estar con la gente y encima llenar el teatro… ha sido algo… de verdad, maravilloso.
¿Te esperabas así tu debut al frente de Lerele Producción?
Bueno… me tiré a la piscina a ver qué pasaba. En la vida, tienes que arriesgar para llevar a cabo proyectos, y es loque he hecho con Lerele Producción y la obra Llévame hasta el cielo.
Después de estos meses obligada a estar alejada de todo, ¿imaginas un mundo sin teatro?
Yo no puedo imaginar una vida sin amor, sin teatro o sin cultura. Estamos viviendo una nueva normalidad que nos está costando a todos muchísimo, pero hay que seguir hacia adelante y más que preocuparse, ocuparse. Sí nos tenemos que preocupar de estar bien, seguir las pautas cieníficas para protegernos y cuidar a los nuestros, pero la vida es seguir siempre hacia delante.
¿Sigues haciendo planes a corto plazo después de lo que ha pasado?
No. Mi plan ahora es la obra La Fuerza del Cariño. Después, ya veremos…
¿Qué sientes al pensar en ese proyecto que se vio interrumpido por la pandemia?
Mucha ilusión de retomarlo.
¿Quién es el culpable de que Lolita sea artista?
Mis genes, lo tengo claro (risas).
¿Cuándo supiste que querías ser artista?
Yo nunca dije que quería ser artista, directamente lo fui. Empecé con 16 años y llevo ya 45 en la música, así que realmente no sé cómo sería mi vida si no hubiera sido artista. Pinto, escribo, produzco… Todo lo que hago tiene que ver con el arte.
Ha cubierto tus expectativas tu vida en el ámbito profesional?
No me puedo quejar. He vendido muchos discos, he hecho cine, teatro, televisión, y ahora sigo haciendo teatro… Creo que tengo una vida laboral que es y ha sido bastante rica.
¿En qué fase de tu carrera estás?
En un momento dulce, de madurez. Quiero seguir trabajando y haciendo cosas, creciendo como persona y profesional.
¿Por qué has apostado por la producción? ¿Por qué ahora?
En el confinamiento pensé ‘algo tengo que hacer’… Y creé Lerele Producción. Hemos estado casi un mes y medio en el teatro Galileo al aire libre [en Madrid] y hemos puesto el cartel de no hay entradas prácticamente a diario. Eso para mí ha sido una grandísima satisfacción.
¿Entra el cine en tus planes o solo el teatro?
En los míos, sí. En los que tiene que entrar es en los planes de los que hacen cine [silencio].
¿Qué deberes tienes pendiente como artista?
No me pongo deberes. Voy haciendo lo que la vida me va dando.
Como actriz, ¿qué papel te gustaría interpretar?
Muchísimos, me es imposible decir uno solo.
Y como productora, ¿qué obra o película te gustaría producir?
Pasa igual, muchísimas… No me pongo nombres en la mente. Las cosas van saliendo y a medida que salen se me van ocurriendo ideas. Ahora, por ejemplo, estoy centrada en La Fuerza del Cariño, una obra que llevamos meses sin hacer.
¿Cómo está el teatro en España? ¿Goza de buena salud?
Creo que el teatro gozaba de muy buena salud hasta que llegó el virus. Ahora… debería gozar de mejor salud, pero no se puede dejar a un lado el COVID.
¿Tiene algo que envidiar el teatro español al de otros países?
Yo no hablo de envidias… cada país y cada maestrillo tiene su librillo.
¿Cuál es tu mayor miedo?
A nivel profesional, la incertidumbre y lo que pueda seguir pasando con el virus y con la cultura.
¿Y tu mayor ilusión?
Mi nieto, que también es mi mayor miedo porque quiero verlo crecer.
¿Eres supersticiosa o tienes manías confesables a la hora de ensayar?
Rezo y me encomiendo a los tres ángeles que tengo en el cielo que son mi padre, mi madre y mi hermano, para que me protejan y nos protejan a todos los que trabajamos juntos. También le doy gracias a Dios todos los días.
¿Cómo quieres ser de mayor?
No me lo planteo. Yo no voy a ser mayor nunca (más risas).
¿Nos das algún consejo para cuidar nuestra salud y mantenernos en forma?
El secreto es comprar y comer de todo y sobre todo comer sano.
¿Cuál es tu comida e ingrediente favorito?
El arroz en todas sus vertientes.
¿Qué cosa no puede faltar en tu nevera y en tu despensa?
Obviamente en mi despensa un paquete de arroz, y en mi nevera, huevos. Me encanta comer huevos fritos, huevos revueltos, huevos con tomate, como tu quieras… Teniendo una docena de huevos, una barra de pan y un poco de arroz, comes.
¿Cuánto tardas en hacer la compra?
Poco, porque cuando voy a la compra sé lo que quiero comprar. No soy de las que buscan. Sé lo que quiero, sé qué productos quiero y qué marcas quiero. A la hora de elegir un supermercado, miras sobre todo… Miro la calidad. Muchas veces lo barato sale caro, y al revés.
¿Qué le pides a lo que queda de 2020?
Que la gente siga consumiendo cultura, y comprando en los supermercados, pero con cabeza. No se puede comprar por comprar porque luego la comida se estropea y hay gente que pasa mucha hambre, y más en estos momentos. Hay que comprar con cabeza, lo que a uno le gusta, lo que a uno le apetece, lo que sabe que le puede sentar bien y, sobretodo, sano.
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