¡Sal del agua cuanto antes, pero sin perder la calma! El dolor puede ser tan intenso que puede llegar a ‘paralizar’ a la persona, poniéndola en riesgo de ahogarse si no hace intentos de mantenerse a flote.
- Una vez fuera del agua, retira los tentáculos que tengas adheridos a la piel.
Hazlo siempre con ayuda de unos guantes, utiliza suero fisiológico preferiblemente o, en su defecto, el agua del mar, o bien intenta raspar cuidadosamente la zona con el canto de una tarjeta de plástico. - Calma el dolor, aplicando frío localmente
Utiliza por ejemplo una bolsa de hielo durante 15 minutos o echa agua salada sobre la zona. Si el dolor es muy intenso o no cede, hay que acudir al puesto de primeros auxilios o al centro de salud más próximo. - Y, sobre todo, JAMÁS hagas esto:
- No hay que frotarse o rascarse porque eso ayudaría a extender el veneno por la piel si hubiera tentáculos adheridos a ella.
- No pongas tus manos sobre la zona afectada; protégelas con unos guantes antes de tocarla.
- No eches ni sumerjas en agua dulce la zona afectada: provocarías la descarga del veneno de las cápsulas venenosas que tienen los tentáculos. Tampoco eches sobre la zona alcohol, vinagre o amoniaco.
- Nunca pongas el hielo directamente sobre la piel: además de poder provocar una quemadura, activaría la descarga del veneno.